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Francisco Mari Menchón, Alicante, septiembre de 1991

Después de una previa y lógica etapa dibujística a base de carbonillo y pluma, a la que siguió lainclusión del color de las aguadas se inicia, cor mayor significado, el proceso evolutivo de la pintura, de HANS-DIETER ZINGRAFF con la utilización del «collage». Es una «prueba de fuego» a la que gustosamente se somete y que viene motivada por su constante inquietud.

Superando las dudas que le produjera el nuevo enfoque dado a su pintura al utilizar una difícil técnica, estudiada pero no utilizada por él, que requiere una serie de condicionamientos técnicos indispensables para que el resultado sea consecuente, reafirma su andadura por este camino y a base de constancia y afán de superación obtiene resultados positivos que le encauzan a desembocar en otra faceta tan interesante y delicada como la del «collage», el constructivismo. Pero no por ello abandona la anterior, al contrario, conjuga las dos con la enorme dificultad que ello conlleva.

Entrar en el constructivismo debió ser para HANS-DIETER ZINGRAFF, como introducirse en mundo mágico de insospechadas respuestas donde la mente, en perfecta coordinación con el cuerpo hace expresar al intérprete una amplia correlación de líneas y espacios en los que la insinuación es base fundamental para ellos.

ZINGRAFF se expresa en el constructivismo con una extremada delicadeza, acorde con su carácter. Desliza en la superficie del cuadro, con técnica da “papier collé‘, su insinuación tímidamente declarada y la envuelve en un entorno de suaves tonalidades de color en las que la vista se relaja, para retomar con mayor deseo de conocimiento esa sugerencia ofrecida.

Técnicamente, la obra de ZINGRAFF es un dechado de pulcritud ya que la realiza con una previa y madurada meditación y con extremado cuidado para que la línea no se descomponga en ninguna de sus situaciones, sirviendo de correcta frontera para delimitación de espacios o colores.

ZINGRAFF, “grita” con suavidad los mensajes de sus obras a base de una acertada composición en la que los grandes espacios de color jueganun importantísimo papel para establecer el «climax“ que él quiere representar en ella, No hay duda que, además de su depurada técnica, indispensable para la correcta consecución de sus realizaciones, hay en el un mucho de poeta. Da un poeta que denuncia sin hablar y sin malos gestos el confusionismo que reina en estos tiempos y lo hace como mejor sabe, pintando; en grandes superficies cuando su denuncia le ahoga y en medianos y pequeños formatos cuando quiere expresarse con mayor fluidez,

Nadie es capaz da predecir el futuro de otra persona, mucho menos, de la capacidad y posible progresión pictórica de un pintor; es posible, intuirlo. Tratándose de HANS-DIETER ZINGRAFF, que ha elegido un estilo de pintura en el que ha aleado dos técnicas distintas de enorme dificultad resolutiva y conociendo sus grandes dotes, sensibilidad, oficio y voluntad, no es aventurado vaticinarle un futuro brillante.